🌿 El maguey y el Valle de Teotihuacan: una relación ancestral
- Roberto Ruiz

- 14 mar
- 1 Min. de lectura
Actualizado: 6 jun
El Valle de Teotihuacan no solo es reconocido por su riqueza arqueológica y cultural, sino también por su capacidad de generar vida a través de la tierra. Gracias a sus condiciones geográficas y climáticas —como su altitud de aproximadamente 2,300 msnm, suelos volcánicos y clima semiárido templado—, se ha convertido en un entorno ideal para el cultivo del maguey.
El maguey, también conocido como agave, es una planta sagrada en la historia de Mesoamérica. Desde la época prehispánica, ha sido utilizada por distintas culturas para la elaboración de textiles, alimentos, papel, medicina tradicional y bebidas fermentadas como el pulque, símbolo identitario de muchas regiones del centro de México.

🌱 Más que una planta: un sistema de vida
En el Valle de Teotihuacan, el maguey ha tenido una función vital tanto ecológica como económica:
Evita la erosión del suelo gracias a su sistema radicular profundo.
Captura agua de lluvia y retiene humedad en el subsuelo.
Sirve de hábitat para insectos polinizadores clave para la biodiversidad.
Su fermentación permite la producción de aguamiel y pulque, dos productos que forman parte del patrimonio cultural inmaterial del Valle.
Hoy en día, decenas de familias en municipios como Nopaltepec, Axapusco, Acolman y Otumba viven del cultivo y transformación del maguey, no solo como una actividad agrícola, sino como una herencia cultural que sigue viva y se adapta a nuevos mercados, como el turismo rural, el enoturismo o el consumo consciente.



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